7 fallas fundamentales de la educación tradicional
Y 3 videos de expertos que explican la crisis educativa mejor que yo.
Está claro que el sistema educativo en el Perú es deficiente. Y aunque hay señales de que estamos tomando un mejor camino, no habrá ningún cambio sustancial hasta que llegue una verdadera revolución pedagógica.
Esta revolución es necesaria en casi todo el mundo, así que no es un problema único de este país. No se trata de la infraestructura ni de reforzar, agregar, o quitar cursos; sino de entender que cada alumno es diferente y debería poder desarrollar sus intereses y habilidades particulares en el colegio y ser feliz haciéndolo, de tal forma que esté preparado para ser exitoso en la vida adulta.
Estas son 7 formas en las que el colegio impide que esto suceda actualmente.
1. Promueve el autoritarismo y alienta actitudes pasivas
Desobedecer al profesor no debería ser un pecado. Sin personas críticas con iniciativa propia el sistema nunca va a cambiar.
En la vida tienes que saber crear tus oportunidades mediante tu propio empuje. Evaluar opciones y tomar decisiones riesgosas. Y el colegio no te prepara para eso de ninguna manera. El colegio básicamente te dice “acata las indicaciones y te va a ir bien”. “Mejor no cuestiones nada, solo sigue este camino perfecto”. Esto hace que cuando, de forma excepcional, se le da algún grado de poder o libertad al alumno, éste no sepa cómo abordarlo (por inexperiencia) y termine fallando y pensando que es mejor cuando la autoridad se ocupa de ajustar todo el paradigma.
2. Aborrece las diferencias y mata la creatividad
Cada alumno tiene habilidades y formas de aprender distintas. Nuestro sistema educativo, en vez de celebrar esta diversidad de inteligencias e intereses, hace todo por acabar con ella. Todos estudian las mismas materias bajo las mismas expectativas, sin que se tengan en cuenta las peculiaridades de cada estudiante. Si un alumno no es bueno en ciencias o historia, algo debe de estar mal con él. Si un chico no presta atención en clase porque está pensando en otra cosa o no puede dejar de moverse, en vez de darle recursos para que cultive ese otro interés, le recetan medicamentos para que se calme y concentre en los mismos temas que todos los demás. Eso es inaceptable.
3. Estandariza habilidades
Una persona es mucho más que una cifra o una letra. El valor de un estudiante no se puede reducir a una calificación. Esto solo sirve para jugar con el autoestima a los alumnos y tergiversar la concepción general sobre su potencial.
4. Pone la teoría delante de la práctica
La forma adecuada de adquirir una habilidad es intentando constantemente y aprendiendo tus errores, no viendo la pizarra y copiando. El miedo al fracaso nos hace pensar que estudiar las cosas de lejitos nomás (desde la teoría) nos prepara mejor. La práctica debería conducirnos a la teoría, no al revés.
5. Trunca la innovación
El sistema educativo actual fue creado en el contexto cultural de la Ilustración y el contexto económico de la Revolución Industrial. Allí triunfaba el que acumule más conocimientos y optimice su rendimiento. Por eso la pedagogía convencional está diseñada para la memorización. Pero en un mundo lleno de máquinas y con toda la información del mundo al alcance de casi todos, no tiene sentido buscar rendir mejor que un robot o saber más que Google. Ahora vivimos en la economía de la innovación y necesitamos ciudadanos realmente motivados con capacidades creativas, y soluciones diferentes. Personas independientes, multiculturales, y preparadas para el cambio.
6. Aísla de la sociedad y vida real
El colegio nunca te enseña ni las reglas de tránsito, ni cómo pagar tus impuestos. Y el cambio climático solo se estudia como algo completamente trivial, nunca se profundiza realmente qué podemos hacer nosotros al respecto. Para crear ciudadanos críticos y responsables, hay que enfrentarlos a los problemas cotidianos desde edades tempranas. El aprendizaje no debe funcionar como una acumulación de conocimientos, sino como una adquisición constante de habilidades para la vida real.
Es por esto que -tal como lo plantea León Trahtemberg- el colegio debería funcionar mediante proyectos, no cursos. Los proyectos generan interés porque se relacionan directamente con asuntos de la vida real. Y con un solo proyecto puedes adquirir habilidades de todas las materias. Solo imagina el siguiente caso: “¿Cómo funciona y para qué sirve el sistema de buses Metropolitano?”. En esa investigación se adquieren habilidades de física, educación cívica, comunicación, ingeniería, diseño, etc. Y se incentiva el trabajo en equipo, haciendo que los alumnos reconozcan en qué área sobresale cada uno y colaborando hacia un mismo objetivo.
7. Se piensa desde el Estado en vez de desde el estudiante
La educación debería funcionar como un servicio a la sociedad y al alumno específicamente. No es un gasto público más, sino una inversión vital a mediano plazo.
El sistema educativo va a empezar a arreglarse el día que el Estado entienda que lo que tiene que hacer es empoderar a los profesores para que estos puedan satisfacer las necesidades de cada alumno en su proceso de aprendizaje. El sistema educativo va a tener productos exitosos cuando se priorice la felicidad de los estudiantes.
Este punto también se aplica para colegios privados, donde suele pensarse desde los intereses de la empresa o congregación y no de los alumnos.
Tengo claro que mi punto de vista sobre este asunto no es científico. Solamente he mencionado algunos defectos puntuales que he podido identificar desde mi posición de estudiante frustrado con su educación, pero no voy a pretender tener una solución para arreglar todo esto. Lo que sí puedo hacer es referir a líderes en educación a través de estos videos que, si no puedes ver ahora, vale la pena guardar para más tarde.
- Sir Ken Robinson: Ésta didáctica presentación desmenuza de forma impecable el origen de la crisis educativa y nos dice qué hacer para revertir la situación.
- León Trahtemberg: La importancia de entender que cada alumno es distinto.
- Suli Breaks: No es exactamente el análisis de un especialista, pero sí la voz de una generación entera frustrada con la pedagogía a la que es sometida.
Comparto con estos referentes la visión de que el colegio debería basarse en un ecosistema horizontal que entiende la profunda diversidad intelectual y cultural de sus alumnos y los motiva a descubrir y desarrollar sus pasiones e intereses a través de experiencias ricas en adquisición de habilidades, contando con la constante guianza de profesores/mentores. Para esto hay que liberalizar las estructuras y empoderar a las personas.
La pregunta fundamental termina siendo, ¿cómo aplicamos todo esto a la realidad de nuestro país? Pues Trahtemberg es Líder Pedagógico del Colegio Áleph, institución que busca emplear toda esta teoría de la Filosofía del Aprendizaje Activo. Además frecuentemente publica artículos donde analiza el panorama de educación en nuestro país. Vale la pena leerlos. Otros proyectos del sector privado como Enseña Perú o Innova Schools también son muy valiosos. Todo esto sin mencionar el importante (aunque todavía insuficiente) trabajo que viene haciendo Jaime Saavedra como Ministro de Educación.
La clave inicial está en -como viene haciendo Saavedra- revalorizar la vocación docente y -como propone Trahtemberg- convertir al Perú en un gran laboratorio de innovación pedagógica. Así que sí hay iniciativas, solo es cuestión de sumarse a la revolución.